lunes, 29 de octubre de 2007


NIÑOS METIDOS EN RUMBAS DE GRANDES
Con el artículo Niños metidos en rumbas de grandes de un grupo de investigadores del país, los cuales hicieron un seguimiento a un grupo de jóvenes un sábado en la noche, podemos entender como es la salida de estos jóvenes menores de edad a rumbear.

Eran tres adolescentes los cuales decidieron ingresar a una discoteca en la Av. sexta llamada LIVING GOOD, para ingresar solo tuvieron que dar $10.000 del cover. Dentro del establecimiento se observaba humo, desenfreno y una cantidad de jóvenes bailando reguetòn de los cuales se alcanza a ver un joven que pega su nariz a un tarro mientras baila con una joven que no llega a los 17 años, esta lleva una minifalda que cubre menos de la mitad de sus muslos, a la cual poco minutos después le pasan el mismo tarro que después de olerlo lo va pasando de mano en mano y el ultimo en inhalar es un niño que no tiene mas de 14 años, el cual llevaba, unos blue jeans, tenis y el pelo parado a punta de gel. Los tres jóvenes al entrar compran una caneca de aguardiente se sientan en una mesa donde prenden un cigarrillo; y es así como el olor de la marihuana impregna el ambiente debido a que son como 60 personas apretujadas en un salón.

Una vez los jóvenes están afuera se acercan a “La mona” la dueña del puesto de dulces, a la cual le piden un “popper” que vale $35.000, suben al carro y abandonan el lugar puesto que no les gusta mucho por que uno de ellos hace algunos meses tuvo una pelea en este lugar.

Estos jóvenes recorrieron seis sitios esa noche. En tres de los sitios les pidieron cedula pero con la contraseña falsa no hubo problema.

El segundo lugar fue la comparsa una discoteca en la Av. Roosevelt, donde a la entrada dice prohibido el ingreso de menores de edad, al entrar a cada joven le pidieron sus identificaciones y por supuesto cada joven saco la contraseña falsa con las que sin ningún problema los dejaron seguir.

Al entrar a la comparsa eligen una mesa y piden mas aguardiente, y una hora después parten hacia el norte. Primero a Kuana, un bar en el sector de granada donde una vez más muestran sus identificaciones y les permiten el ingreso, pero se aburren rápido por que el sitio esta casi vació. Así que van a menos de dos cuadras a Mazao lugar donde también intentan ingresar pero las contraseñas no convencieron a las guardas.


Entre discoteca y discoteca, los jóvenes se encuentran con varios amigos en el parque del perro, lugar donde hay una gran fila de carros parqueados a lado y lado de la vía, ellos deciden quedarse sentados en una esquina bebiendo y cuando se aproximan las 2 de la mañana parten hacia el gato del rió, al llegar compran otra caneca de aguardiente y empiezan a inhalar el popper que le habían comprado a “la mona” en living good.

Como la rumba en Cali se acaba a las 2 de la mañana por la ley zanahoria, estos tres jóvenes deciden rematar en la vía a yumbo en la discoteca oz donde se dan una vuelta, y bailan un par de canciones.
Casi a las 3:00 am llegan a praga, pasan la entrada sin problemas, luego de cuatro canciones se van por que el lugar esta lleno de gente adulta y es así como deciden volver a casa. Pero seguramente en ocho días lo volverán a intentar puesto que ya tienen la contraseña y además saben que las noches de rumba en Cali, algunas con drogas y excesos de licor, no son tan difíciles de ingresar, para un menor de edad.

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